18.4.13

Reencuentro o Cuando pierdes el tren porque lo que quieres es la estación

Te he encontrado. No nos hemos vuelto a ver, pero te he encontrado en el verano.
Últimamente, con el sol y las chaquetas abandonadas en los percheros de la clase, solo lo presentía. Ni me lo imaginaba. Notaba algo en el aire, en las corrientes cálidas, en la brisa suave, en el olor de la tierra, el frío lejano de las noches, en el cielo, en la luna, en las pieles de la gente y en mi cabeza. Un algo presente. De esos seres de los que estás enamorado (ni más ni menos) cuando están presentes pero que al irse, olvidas. Completamente y sin darte cuenta, sin querer, sin saberlo. Es como si ellos y solo ellos fueran los dueños de toda la consciencia del mundo, y cuando se la llevasen con ellos, no fuésemos conscientes de que se han ido.  Ni de que estuvieron aquí. Ni de que existen.
Eso es el verano.
Y tú, ahora que han vuelto ellos con su consciencia, eres el verano.
Todo lo que me gustó de ti lo he sentido en mi piel ahora, en el aire, en el olor de los suelos que he pisado. Puedo decir que el verano es el culpable de caiga en ti cada x tiempo. Sois lo mismo. Tú eres un bonito puñado de motas de verano que se han unido más fuerte que el resto.
Y no sé cómo dejar de caer, porque el verano es mi estación favorita.

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