3.10.15

vida vida vida Vida VIda VIDa VIDA VIDA VIDA VIDA VIDA VIDA
VIDA!!!!

amor amor Amor AMOR AMIR AMOR AMOR AMORRRRR!!!!!

De repente amor por doquier pot todas partes

y me pregunto

yo que no suelo dar amor
yo que tan independiente tan distante fria tan autosuficiente y despues de todo, tanto amor necesito de aquellos que en el fondo quiero con mas fuerza de la que creo poder mostrar en la superficie

yo
¿como puedo tener tanto amor de los demas guardado en ellos mismos, sin que yo lo sepa...?

Amor amor amor amor

os quiero familias

quizas no necesite tanto
sencillamente os QUIERA

27.9.15

Las verdaderas locuras se hacen estando sobria.
Qué de gilipolleces se dicen cuando estamos sobrios.

Quiero sentir el mundo sutil y delicado pasando por mis labios mojados jugosos
sentir el borde de cada recuerdo
todos rodeados con una cinta suave de musica de flauta india y els amics que sen van...

las flores crecen con la lluvia

El silencio me zumba en el oído
y, como a una mosca, lo quiero apartar

pero ya me lo he tragado

SUELTALO TODO
COMPARTE
LIBERA AMARRAS
AMARAS
AMARAS
YA AMAS
NO FORCEJEES
DA
DA
DATE

EL AMOR NOS SALVA

23.9.15

sabes qué tienes que hacer para tomar el control de tu vida? ser valiente, ser valiente, ser HONESTA y valiente.

12.9.15

Mi soberbia. Cuánto soberbia contiene mi soberbia.
Es como los chicles del anuncio: explotan las capas de abajo hasta que la bola, hinchada y avergonzante, estalla. En mi cara. Después de haber empujado a todo quisqui primero: se hace un hueco a mi alrededor a base de placajes e hinchazón. Poquito a poco me voy aislando más...

Así funciona.
Pero se aprende de nuevo.
No sé exactamente si me falta amor propio o me falta un montón. Me decanto porque sea una cosa la que lleva a la otra: me falta autoestima y la intento suplir con mucha soberbia. Eso es.
Eso es un coñazo. ¡Me he cansado de mí! Quiero estar entre iguales, frente a frente y cara a cara (pero no versus) con iguales (es decir, con cualquiera; pero especifico: con iguales que también se consideren iguales). Lo he probado (lo digo como si fuese todo un logro, pero joder. Es que me ha costado hacerlo. No decirdirme, sino hacerlo) y, sin dudas, la vida tiene más sabor cuando el universo es un todo y tú te permites fluir libre con el viento o con el agua o con lo que te dé la gana; cuando miras a los demás y te acercas a ellos para mirarlos, cuando te dejas ver y permites que te alcancen, cuando te abres y estiras la mano y eres valiente, te atreves y conectas con la gente. Cuando miras a los ojos y haces caer todas tus máscaras. Cuando miras a los ojos y solo pruebas a decir la verdad. Sin fallos ni aciertos: solo expresarte. Lo que sea que sientas o que te pase por el corazón.
Darle unas vacaciones a la cabeza y sentir con los cinco sentidos.

9.9.15

nO existen los errores o fallos. son caravteristicas.

Me dejo guiar por la idea de que cuando sea feliz, cuando esté radiante y supure confianza por cada poro de mi cuerpo, cuando el ambiente a mi paso se vuelva más feliz y vivo; entonces, tendré "éxito".
Y ese éxito vendrá en forma de recompensas como, por ejemplo, que se enamoren de mí, que me busquen, e incluso tener una pareja que me atraiga a mí también. En general, que me quieran. Pero recalco lo del amor romántico porque ahí está el problema: eso es depender de alguien.
¿Qué pasa, que no vales tú misma, por ti sola, para llenar tu vida hasta el último rinconcito, de confín a confín?

Quizás no encuentro la felicidad porque la busco para un fin artificial. Quizás no: está claro, clarísimo, que no sé ver la felicidad porque no me quiero a mí misma. Quien se quiere, llega a la felicidad mirando a su alrededor con los ojos echando chispitas de emoción. Va caminando sin pensar más allá de este paso y el que está comenzando a dar. Y quizás, cuando se tropieza, se cae rodando por el suelo y se ríe de pura vida, es cuando ha encontrado la felicidad.
En cambio, yo, que no me quiero, voy diligentemente cortando ramas y follaje del camino, intentando caminar en línea recta con la cabezonería de una cegata muerta de miedo que cree que se ha perdido. Sigo hacia delante intentando mantener el ritmo me haga las heridas y arañazos que me haga. Intento llegar lo antes posible y con toda perfección a la meta, sea cual sea, la que yo creo que otros esperan que alcance. Nadie me ha obligado a por por este camino, pero yo quiero gustar. Quiero que me aprueben, que me quieran. Lo típico.
Y para conseguirlo, me hostio y apalizo y fustigo a mí misma. Lo hago con determinación, para seguir adelante, para conseguir ese segundo fugaz de tacto humano, de contacto, de abrir y conectar un dedo eléctrico con otro como ET o Dios o el espejo.
Y toda esa marabunta y embrollo de quiero y no creo, se me olvida quererme a mí misma la primera.
chaval.
poquito a poco.
No te fuerces. Observate. Respetate. No te cambies por la fuerza. No artificialices. Tranquilamente, vete acariciando. observate a ti mismx.

Decirse la verdad es ayudarse a uno mismo. No autoengañarse. es el primer paso. acepta tus verdades y no te castigues por tus errores.

primero preparo la comida y ahora me preparo para comer...

8.9.15

Lo siento, lo siento, no soy yo, son los celos.

Por eso soy un poco hija de puta entrometida y soberbia, porque no sé controlar mis celos. Pero que tú eres una tía maja. Estoy segurísima. Seguro que eres incluso más sana que yo, porque tú no tienes la mente tan cerrada como para no hablar con una persona del sexo que te pone solo porque a lo mejor se creen que te estás insinuando. Lo siento. Soy yo con mis celos, mi mente cerrada, y mi miedo a que me abandonen por otros.

Soy joven, puedo permitirme decir tonterías.

(Más tarde: "Soy vieja, ya he llenado el cupo de seriedad en la vida")

7.9.15

En tiempos anteriores, por ir al gimnasio ya me habría sentido realizada para todo el día. Quizá incluso para el siguiente. Quizás incluso me habría permitido darme una bien grasienta y atiborrante merienda, cosa que habría derivado en culpa, lo que me traería ansiedad, y por la cual, para mitigarla, habría comido más. Sin parar. Hasta que doliera.
En ese punto ya se me habría acabado el chollo de sentirme realizada, claro.
Pero ahora ir al gimnasio está clavado en mi cabeza como una chincheta apuñalando a la lista de cosas que hacer contra el tablón de corcho. Si voy, es lo que tengo que hacer. Si no voy, me siento mal. Una vaga, inútil, sebosa, quejica, deprimente, autocompasiva, egocéntrica y muchas otras perlas con las que me ametrallo día tras día. ¡Al suelo! ¡Ahí va un "niñata podrida y mentirosa"! ¡Máscaras de gas! ¡Resistid, soldados!
Total, vuelvo al hilo. Que al final, subo el listón cada vez más alto, pero la autoestima, no. (Me estoy esforzando por no hablar en plural, arjjj malas costumbres).
Mi relación con mi autoestima es como uno de esos monstruos de película en blanco y negro, super cutre, estilo marioneta, que se va comiendo todo lo que encuentra a su paso en la ciudad (coches, personas, políticos, a Coco el que vendrá y te comerá), que rápidamente crece hasta ser, valga la redundancia, montruoso, y entonces nada le llena, ya sea un coche o todos los parkings repletos un martes a las nueve.
Un saco sin fondo.
Hago más cosas que antes, y mejor quizás. Creo que yo soy mejor que antes. Pero eso ya no es suficiente. Tengo que ser mejor que ahora; la meta siempre es esa. Voy corriendo detrás de un puntito de luz y, cuando cierro la mano sobre él, se ha esfumado y aparece lejos de mí de nuevo.
Y todo esto viene ¿de qué? Oh, por favor, déjate de películas cutres y metáforas bizarras y dinos cuál es tu puñetero problema. Pues vale. Viene de medir la autoestima por las cosas que haces, únicamente. ¿Cómo? Pues que no eres lo que vistes, no eres lo que comes, no eres lo que sueñas, no eres lo que dices y no eres lo que haces. ¡Eres tú! ¡Solamente tú! ¡Tú, ese núcleo de energía acumulada, ese huevo lleno de posibilidades, ese iceberg o esa pirámide sin explorar! Tú eres el centro de donde salen todos los tentáculos de tu vida. ¡Y ninguna de las direcciones de esos tentáculos te define! Tú eres solamente el centro que maneja esos mandos. Puedes ir tanto en esta dirección como en la contraria. Puedes ponerte un vestido de *gucci para hacer vida nocturna si quieres o una sudadera de mercadillo, pero todos nacimos desnudos y entonces ya éramos el ente de energía que es nosotros.
Todo esto me lo digo a mí misma, porque lo olvido a menudo. También me lo recuerdo muy a menudo, pero normalmente es más para echármelo en cara que para ponerme en acción y cambiar las cosas.
Total, el listón.

Mi depresión se resume a: la vida no tiene sentido.
Y solucionarla no es cuestión de autoconvencerme de que sí lo tiene, ni de encontrarlo. Es cuestión de cambiar el punto de vista: sí, la vida no tiene sentido y eso no es malo.

En cuanto acepte esa verdad (bastante ambigua, volátil, como un truco de magia que desaparece en una cortina de humo que se esfuma), todo seguirá sin tener sentido, pero eso ya no importará. Será incluso bueno. Me liberaré. Podré prestar atención a lo que de verdad "importa": disfrutar. Disfrutar el momento presente, vivir intensamente, llena o hueca, como me plazca. Tendré capacidad de elección y sabré usarla (porque aunque ahora también la tenga, no se qué hacer con ella).
Se trata de no dar tanta importancia a nada. Exacto, a NADA. ¿Suena contraproducente? ¿Una paradoja?
¿Qué es la felicidad? ¿Un estado lejano y magnífico solo al alcance de unos pocos iluminados? ¿O es más bien un estado transitorio, que viene y va por rachas, al que se puede atraer poquito a poco con mucho salero, por el que todos hemos pasado alguna vez y al que muchos hemos desestimado cuando llamaba a nuestra puerta, como si de un vendedor de biblias se tratase? Yo me decanto por lo segundo. Por lo tanto, no se le puede dar tanta importancia a nada. No hacer una montaña de un granito de arena. (Eso tan típico.) Cito


a Adanovsky:






Cuando deje de darle excesiva importancia a todo, el mundo será un lugar menos amenazador, mi vida srrá más manejable, yo seré mi amiga... descubriré que sé guiarme a mí misma, que sé lo que quiero y, ¡lo mejor!, que conseguirlo no se me hace un mundo. El camino puede ser muy majo. Agradable.

Me fustaria pasarme un año sabatico
leyendome todas las enciclopedias de casa, el libro de historia del arte que no terminamos de dar en bachillerato...
en la cama...

cerrar cabos pendientes, es bueno o no?

6.9.15

Veo borroso.
Creo que ya es hora de cambiar de lentillas.
Y de camello. Y de dirección. Y de chip.

¿"Más vale malo conocido que bueno por conocer"? Yo reniego de esa frase. Pero dice mucho de mí. ¿Y si en realidad me estoy engañando, intentando convencerme de que lo malo no lo es tanto?

Sujetándome el sombrero

Creo que para llevar un blog hay que tener cierta estabilidad mental que yo, muy a menudo, no poseo.
Así que es difícil llevar un blog.
La continuidad y todo eso. Estar ahí contra viento y marea, contra exámenes y vidas.
Es como sujetarte el sombrero durante una montaña rusa.

¡Pero por eso mismo! Lo voy a intentar.

Receta:
Dos kilos de palabras,
pasión volcánica,
cuatro (mejor que dos) ojos,
orejas al gusto,
historias silvestres recogidas por aquí y por allá, cocinadas a fuego lento para potenciar el sabor.
Batir todo.
Añadir medio litro de fe, remover delicadamente.
Sugerencia de presentación: especiar con ilusión si se desea.

Que aproveche. Comed sin piedad.

7.6.15

au auuuuuu

Bueno. Toda mi cabreza está gritando, chillando como una loca.
Es en el doblez superior anterior izquierdo (mi izquierda, derecha del público, izquierda del diablo), juesto encima de la sien. Y es un dolor no punzante sino ahuecante. Tampoco. Es un dolor como de un color helado. Congelación. Un dolor azul hielo blanquecino de escarcha y transparente como el viento. ¿Entiendes? Me he tomado la maldita pastilla de ibuprofeno y ha vuelto en una hora. ¿Por qué los dolores de cabeza no se van a por tabaco? Da igual. Lo que pasa es que me da la sensación de que más complementos no puedo quitarme (por si me sentía oprimida, estrujada hasta sangrar una gotita, roja como la bandera de japón y diminuta de lilliputiense, que se esfumase en contacto con el aire de este mundo, al cual los extraterrestres tienen acceso telepático y sensitivo y, en cuanto perciben el destello líquido de la información y las millones de historias contenidas en esa impermeable gotita de sangre, la abducen), y de que solo llorando a mares se me puede descongestionar el embalse de la azotea, que estamos en época de monzones.

27.3.15

En diferido del 24 enero

He encontrado la belleza en tus ojos, en tus labios, en tus uñas. En tus huellas tus caminos y en tu barba desaliñada de no saber hacia dónde ni cómo pero seguir avanzando siempre, lento o rápido.
De verdad te juro que yo no quería depender así de nada ni nadie. Te verdad te juro que yo pretendía volar con mis propias alas, batirlas tan furiosa, cargada de energía, fuerza y motivaciones. Yo iba a amarme mucho.

También he de decir que es un chollo que tú tires de mis hilos. Total, es una putada muy gorda echarte de menos. El agujero negro hambriento y la garganta cerrada de cuando me arrancan el corazón de cuajo. Te voy a decir esta frase tan horrible, cursi y tan topicazo: te has llevado mi corazón. ¡Pero te la digo porque la entiendo! No la tomo prestada del inventario popular. Te la digo porque el nudo de mi garganta son un manojo de frases enredadas y una de ellas es esa, horneada en el calor de un puente entre mis ojos y los tuyos. Joder. No, aún no es momento. "Te has llevado mi corazón" significa que cuando llega la hora de que el principito se acerque al zorro, el zorro comienza a ser feliz. Significa que me produces electricidad estática. Significa, quiero decir, que es como si tú tuvieras un gran imán que hace que comiencen a girar mis engranajes cuanto más cerca se encuentra; significa, quiero decir, que llevas un cable que carga mi batería; significa, quiero decir; no, aún no es momento. Significa, ¡joder! Esa puta frase de mierda quiere decir que mientras yo estaba borracha una noche cogí mi corazón, me lo arranqué del pecho y te lo puse en las manos. Puede que tú también estuvieses borracho esa noche, que lo guardases tras la oreja y hayas olvidado que sigue ahí. Puede que lo sepas y decidas olvidarlo. Lo que importa es que ese agujero negro tiene hambre y cada vez que te acercas a mí con un par de corazones, el vacío palpita más fuerte y hasta se sacia un poco, pero tú nunca colocas el corazón en su sitio y cuando te vas me quedo aún más hambrienta.-
Eres mi rito.

no, aun no es momento.

Es una putada muy gorda echarte de menos. Pero cuando te conviertes en más, todo es más.
No te voy a decir que cada vez que te vea feliz me pongo feliz al completo. Me agujerea que te hagas feliz con otros, y con lo que otros pueden darte y creo que yo no. Me alegro y me alejo con mi tristeza.
A veces sí me pongo muy feliz porque algo te vaya bien. Y sobre todo, el nirvana de mi rito es


















Posdata en directo: de estas veces que te interrumpen escribiendo, la nube se esfuma, y ya no hay forma de volver arriba, tengas pluma o no.

24.1.15

Supongo que todos estábamos enamorados y no lo supimos hasta que cerraron el telón.


a veces es una frase hueca y con forma lo que la gente necesita para verter sus carencias y recibirlas, con los brazos abiertos, con los ojos muy sorprendidos y una sonrisa enorme de abuela recibiendo al nieto.

Las estrellas del orgasmo

Al carajo todo: este libro es lo mejor.

<<Estaba lleno de caras b, de delicados arreglos, de frágiles pianos, de chisporroteos, de luciérnagas, de estrellas a la deriva>>, Lo que yo quería deciros.


¿Y tú, a qué estrella le importas?
Memento mori
y todo eso.

Si quieres nadar en una voz


<<¡El sutil pegue su culo a esta silla de ruedas!>>


Cada palabra es un mundo, un abismo, su vuelo y su choque; y la nube de polvo que revele el impacto

será
tu mirada,
o tu garganta, que se percate de su propio nudo al escuchar de otro la frase que ella nunca dejó pasar;
o tu piel, que se erice al sumergirse en ella -como un pez saltando en una ola, de poro en poro- la brisa de otra boca, otra mente, otro mar de estrellas y salvajes vientos en espiral.


de pujas

Se te cierran los ojos y te vas dando cuenta de dónde estás. De cuál es tu cuerpo. De tu realidad, que no es tan trágica. de tu ceguera. De tu dramatismo. Y de tus ganas de vivir que pujan por salir afuera. Pujan bajo, pero no paran nunca. Lo único que cambia es tu resistencia a ellas.
Apuéstatelo todo. Es lo único que tienes: esa posibilidad.

13.1.15

Viento frío y estrellas casimentales

La punta de los pies tocando el hielo suelado. Un resquicio de ventana abierto. El aire de montaña entra en avalancha de invisible oscuro. ¡Huele a hoguera! A tiza, a campamento, a armónicas tocando Oz, a indios y polvo amarillo galopando en nubes hacia la luna. Cenizas y palos con la corteza deshecha. Una estrella brillante. Venus guiñando un ojo. Huele a campo y a tierra mojada y a briznas de hierba y a viento frío.

Viento frío y estrellas.
Hilo de coches crujiendo al fondo izquierda.

Las manos me tiemblan. De bverdad, temblores de dos centímetros, y no puedo pararlas. Se abren como arañas en flor y no las dejo escaparse.
No iréis allí, arañas. No vais a intoxicarlo.


Pero qué castaños y mojados y limpios...

11.1.15

Estoy sola. Joder, es culpa mía: única responsable.
Estoy sola y soy terca y voy a seguir sola. Podría cambiar eso en media hora, pero no tengo ánimo. Esto es como un bucle. Empieza en un pensamiento y acaba siendo realidad. Realidades, una por cada persona a la que has hecho creer tu máscara, tu juego masoquista, tu victimismo de mierda y tus desgracias tan comunes -pero no comunes con nadie; no porque no lo sean, sino porque no quieres aceptarlo.

Estoy harta de mí.
Vuelvo a la infelicidad como un muelle. Mi cadena es un muelle amarrado a mi cerebro.

Me debilito entre pensamientos negativos y me doy demasiada importancia cuando estoy triste pero muy poca cuando estoy feliz.

Soy gilipollas. Suma. Auténtica. Auténtica y puramente gilipollas. 84º. 

Tengo sueño y no me permito dormir -no me permito ni intentarlo.
Quiero vomitar y solo como más. Me hincho. Siento que voy a explotar. Respiro ansiosa. Y continúo.

No puedo más.

Bueno sí puedo más. Esa es la cosa. Que quiero parar ya.
Ya está, me doy baza un rato y después me sacudo la tontería de encima. No se le puede hacer caso al hastío vital absoluto.





todos enamorados...

10.1.15

Al hablar tanto, pierdes el silencio.
Yo he perdido el silencio, el contenido, la profundidad, el mundo interno. El tomarme en serio.
Sabía que para sobrevivir era necesario emerger a la superficie del mundo, de la vida, de las relaciones. Ser parte de aquellas personas que charlan y charlan y van perdiendo poco a poco la capacidad -la agilidad- de decir cosas, incluso de reconocer qué les pasa por dentro.
El realismo deja a las personas vacías. No ya personas, sino gente. Todo se vuelve poco sorprendente y claro. Se acostumbran a la claridad de la superficie y ni les deslumbran las estrellas, ni logran distinguir las enormes delirantes difusas formas sombras hundidas en la profundidad azul.
He perdido mi pupila grande.
No veo.
No estoy despierta.
Pero estoy despertando.
Vuelvo al volver.

Emergí voluntariamente y con esfuerzos a la superficie. Ahora me cansa. La luz es artificial. No tiene mala intención, pero es fría y me deja vacía y hueca me quedo yo al alejarme de mis profundidades.


No quiero. No acepto el precio.

Vuelvo. Puedo conjugarlo. Mantendré el equilibrio. Pero soy mía.

Mi ciudad hundida, rota y mojada es mi

mi única ancla
No siempre hundida
pero tengo un refugio.

y estaré mojada pero no fría. no hueca. no me ha comido el mundo, aún no es la hora.