Nada como una trompeta y media, el grito, alarido ronco, un pisotón descascarillado, ¡GANAS DE GRITAR!, rebosar del micrófono, voces que secundan, tendones tensos que susurran, (y lo peor contenerte a bailar). Oír como el barranco se derrumba y roca tras roca todas caen en tu garganta. ¡Y cantar al muro!
Conocí a un músico en una esquina de la Place du Tertre en Montmartre. Gritaba como nadie. Se rompía la voz a mordiscos. Y sonreía, joder, cómo disfrutaba. Con pelos de loco, ¡PELO DE LEÓN!
La gente pasaba de largo.
Yo le di una moneda. Me sonrió mucho. Y después se volcó a hablarme, en inglés, rápido, rápido, rápido, joder, qué aliento de vida. Una mujer se acercó y le aconsejó que se pusiese en el camino y no en la acera, más accesible. Él decía que lo estaba haciendo por diversión. Y ella, que había dinero, que oh, sí, había dinero. Le enseñé las fotos que le había sacado. De modo que me dio su contacto y aún lo tengo aquí, guardado en una nota blanca en la pantalla del móvil. Y hoy lo volví a escuchar,
y no he dado pisotones de gusto y de ritmo en el suelo porque todavía vivo con mis padres, que son muy tiquismiquis- y no consigo dejarme llevar entre ellos.
Pero qué voz.
¡Retumbad!
31.8.14
Tengo un hambre por soledad en la barriga que es la misma sensación que se te queda cuando te masturbas sola o cuando escuchas la canción adjudicada a una persona que te gusta pero que no está para ti (esa posible faceta suya deja un hueco vacío en la realidad), o cuando fantaseas con el personaje de un libro que no existe.
La soledad de un hueco que escarbaste para colocar en él a who you love.
Tell me who you love, tell me who you love.
El hueco de la soledad de inventarte que estás enamorada y que alguien debería follarte en este momento porque suena una canción folk en la que la gente susurra con una voz baja que parece decir adiós a todo el amor correspondido del mundo.
Au.
Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
(en algún momento a mediados de este verano)
La soledad de un hueco que escarbaste para colocar en él a who you love.
Tell me who you love, tell me who you love.
El hueco de la soledad de inventarte que estás enamorada y que alguien debería follarte en este momento porque suena una canción folk en la que la gente susurra con una voz baja que parece decir adiós a todo el amor correspondido del mundo.
Au.
Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
(en algún momento a mediados de este verano)
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