Hola, Bella Durmiente
Se paró en seco, ojerosa y con la melena revuelta, con los ojos muy abiertos, los labios temblando y espasmos que tiraban hacia abajo, rodeada, asustada y sorprendida, abrumada ante la cantidad de cosas que podía hacer, la cantidad de oportunidades que se le presentaban y todas las ofertas envolviéndola y empujándose entre sí. Estática y despierta, de golpe y porrazo, volvió a la realidad.
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