27.3.15

En diferido del 24 enero

He encontrado la belleza en tus ojos, en tus labios, en tus uñas. En tus huellas tus caminos y en tu barba desaliñada de no saber hacia dónde ni cómo pero seguir avanzando siempre, lento o rápido.
De verdad te juro que yo no quería depender así de nada ni nadie. Te verdad te juro que yo pretendía volar con mis propias alas, batirlas tan furiosa, cargada de energía, fuerza y motivaciones. Yo iba a amarme mucho.

También he de decir que es un chollo que tú tires de mis hilos. Total, es una putada muy gorda echarte de menos. El agujero negro hambriento y la garganta cerrada de cuando me arrancan el corazón de cuajo. Te voy a decir esta frase tan horrible, cursi y tan topicazo: te has llevado mi corazón. ¡Pero te la digo porque la entiendo! No la tomo prestada del inventario popular. Te la digo porque el nudo de mi garganta son un manojo de frases enredadas y una de ellas es esa, horneada en el calor de un puente entre mis ojos y los tuyos. Joder. No, aún no es momento. "Te has llevado mi corazón" significa que cuando llega la hora de que el principito se acerque al zorro, el zorro comienza a ser feliz. Significa que me produces electricidad estática. Significa, quiero decir, que es como si tú tuvieras un gran imán que hace que comiencen a girar mis engranajes cuanto más cerca se encuentra; significa, quiero decir, que llevas un cable que carga mi batería; significa, quiero decir; no, aún no es momento. Significa, ¡joder! Esa puta frase de mierda quiere decir que mientras yo estaba borracha una noche cogí mi corazón, me lo arranqué del pecho y te lo puse en las manos. Puede que tú también estuvieses borracho esa noche, que lo guardases tras la oreja y hayas olvidado que sigue ahí. Puede que lo sepas y decidas olvidarlo. Lo que importa es que ese agujero negro tiene hambre y cada vez que te acercas a mí con un par de corazones, el vacío palpita más fuerte y hasta se sacia un poco, pero tú nunca colocas el corazón en su sitio y cuando te vas me quedo aún más hambrienta.-
Eres mi rito.

no, aun no es momento.

Es una putada muy gorda echarte de menos. Pero cuando te conviertes en más, todo es más.
No te voy a decir que cada vez que te vea feliz me pongo feliz al completo. Me agujerea que te hagas feliz con otros, y con lo que otros pueden darte y creo que yo no. Me alegro y me alejo con mi tristeza.
A veces sí me pongo muy feliz porque algo te vaya bien. Y sobre todo, el nirvana de mi rito es


















Posdata en directo: de estas veces que te interrumpen escribiendo, la nube se esfuma, y ya no hay forma de volver arriba, tengas pluma o no.