24.7.14

Miedo a gustar, a la herida

¿Sabes qué?
Da mucho miedo.
Coincides con alguien en el miedo más profundo de tus entrañas (es decir, tus tripas, tus cables, tus enredos sangrientos y engrasados, amasijo de gordas larvas calientes arremetiendo unas contra otras para esconderse en las alas y cuellos paralelos; un gran bulto en el hipocentro de tú) y te da miedo mirarlo a los ojos porque temes gustar.
¡Que temes gustar!
Estás condicionada siempre por el miedo a salir herida de nuevo.

Miedo a sufrir es lo único segundo que nos hace sufrir:
Si alguien nos quería (le queríamos) y nos deja (=el primer sufrimiento), sufrimos por miedo a que nadie nos pueda querer. Creerse malditos es lo que nos hace sufrir.
Pues no te creas maldito. Sé lógico. No lo estás.
El miedo es placebo y el sufrir también. Si no quieres, (en lo psicológico) no existen.

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